Cocuy
De originario a ilegal, de ilegal a patrimonio, la Historia de el Cocuy, otra visión.
Licor único en su estilo que solo se produce en Venezuela. Se le conoce desde tiempos prehispánicos y ha sobrevivido al descrédito y a la ilegalidad. Ahora no solo está de vuelta, se le considera orgullo de la Nación.
La historia del cocuy es como el guión de una película. La trama
comienza cuando era fuente de líquido y azúcares para los indígenas.
Evolucionó con la destilación traída por los españoles, por lo que
durante muchos años fue la opción preferida de alcohol en su tierra de
origen. Hasta que un día cayó en la ilegalidad, para regresar como
patrimonio y finalmente, como la segunda denominación de origen
controlada.
El cocuy es un aguardiente producido a partir del mosto fermentado del agave cocui, que se puede encontrar en todos los estados costeros y andinos venezolanos. Sin embargo, el licor extraído de la planta solo se elabora en los estados Lara y Falcón, originalmente el hogar de las etnias caquetías, jiraharas, ajaguas y gayones.
Preparación de Cocuy, Sabores
Sin lugar a dudas, se puede calificar con un producto
propio de tierras criollas, único en el mundo, que encuentra bebidas
análogas en el tequila y el mezcal mexicanos, elaborados a partir del
ágave azul, al punto, que a muchos gastrónomos y expertos en el tema, se
les hace imposible no establecer similitudes.
El proceso de elaboración apenas ha variado en cientos de
años. El historiador Carlos González Batista afirma "desde tiempos
prehispánicos (...) las pencas de cocuy horneadas eran utilizadas como
alimento (...) para procesarlas abrían en el suelo un hoyo de regular
tamaño, aproximadamente de uno de ancho por uno de profundidad. En el
fondo colocaban primero una camada de leña, y arriba de ésta una de
rocas. Se prendía la leña (...) y sobre las piedras se ponían las pencas
de cocuy, que luego se tapaba con tierra. Se dejaban de hornear por dos
o tres días".
El proceso continúa cuando se prensan las "pencas"
horneadas, se fermentan de cuatro a cinco días y finalmente se destilan.
Anteriormente, se utilizaba solo agave cocui, pero la mayoría de los
productores en la actualidad, añaden azúcar o jugo de caña al fermentar,
porque lo hace más rentable y facilita el tema legal.
Luego vienen todas la variantes, que van desde macerarlos
con culebras (con fines medicinales), hierbas como chuchuguaza,
malojillo, malagueta, palo de arco, berro y frutas. También se añeja en
barricas de madera, algunas de tercer uso, es decir, primero fueron de
whiskey y luego de ron.
Un dato curioso es que en Aruba, se comercializa una
bebida llamada "Coecoel Tropical", cuya relación con el cocuy es
innegable. En su etiqueta se lee: "bebida alcohólica de varios siglos,
originalmente fabricada por una tribu indígena de Coro, Venezuela (...)
Este jugo puede mezclarse con ron y caña de azúcar. Hace 50 años el
cocuy se introdujo en Aruba y todavía es producido y embotellado por
Plays Liquor and Bottling Co de acuerdo a la vieja fórmula original".
El ágave que todo lo da
La historia del agave cocui comenzó mucho antes de la llegada de los españoles a la provincia de Coro. El viajero Galeotto Cey lo menciona en sus crónicas de viaje y descripción de las Indias(1539-1553) como fuente de alimento, "allí los dejan cocer y estofar, después los sacan y los comen, que eso les sirve de pan y llámese cocuy, derivado de la cocuiza".
La historia del agave cocui comenzó mucho antes de la llegada de los españoles a la provincia de Coro. El viajero Galeotto Cey lo menciona en sus crónicas de viaje y descripción de las Indias(1539-1553) como fuente de alimento, "allí los dejan cocer y estofar, después los sacan y los comen, que eso les sirve de pan y llámese cocuy, derivado de la cocuiza".
Por su parte en 1590 el jesuita José Acosta, lo señaló
como el "árbol de las maravillas", porque proporcionaba fibras
resistentes conocidas como dispopo o hispopo, utilizadas para tejer
chinchorros y elaborar calzados. La larga vara donde nace la flor sirve
para los techos, además de aplicaciones medicinales y cosméticas. En
esta planta nada es desperdicio.
Durante muchos años, fue la bebida más consumida en los
estados Lara y Falcón, dado que era accesible y económica, al punto que
hay registros que hasta principios del siglo XX había alambiques
municipales.
Lara es el estado con la mayor producción, según el chef y
gastrónomo Juan Alonso Molina, en casi toda la región se elabora. Las
principales zonas de son el Municipio Urdaneta que agrupa las parroquias
Siquisique, Xaguas y San Miguel donde se concentran más de 300
productores. También se hace en los municipios Jiménez, Torres y Morán.
En el caso de Falcón, se concentra en el municipio Sucre
donde se ubica la parroquia Pecaya, que incluye las poblaciones de la
Cruz de Taratara, Pecaya, la Cruz de Pecaya, Caramón, El Horcón, El
Yabal, Guarita, Juncalito, Usera, Morotoy, Santa Inés, El Zamuro, El
Provenir, Las Daras, entre otras a las que pertenecen alrededor de 147
productores, agrupados en ASOFACOCUY.
De Cocuyeros prófugos a legales
Rosario Anzola plasma en su libro Aguas Ardientes que Ramón Querales, cronista del municipio Iribarren le narró cómo en la época en que Juan Vicente Gómez era Presidente de la República (1908 y 1935), se comenzó "una campaña de descrédito contra el cocuy (...) Se decía que los campesinos se volvían locos, cometían crímenes... En el fondo era para potenciar la fabricación de rones (...) Era peor hacer cocuy que ser ladrón".
Rosario Anzola plasma en su libro Aguas Ardientes que Ramón Querales, cronista del municipio Iribarren le narró cómo en la época en que Juan Vicente Gómez era Presidente de la República (1908 y 1935), se comenzó "una campaña de descrédito contra el cocuy (...) Se decía que los campesinos se volvían locos, cometían crímenes... En el fondo era para potenciar la fabricación de rones (...) Era peor hacer cocuy que ser ladrón".
En 1976 se aprobó la Ley de Alcoholes, que propició el
pasó del cocuy a la ilegalidad y clandestinidad. La ley en cuestión
establecía un mínimo de dos años de envejecimiento para el cocuy, "una
bebida que tradicionalmente no lo hacía, ni siquiera hay toneleros en la
zona. Estaba bien para el ron pero no tenía ningún sentido en este
caso. No solo afectó al cocuy sino a todas la bebidas artesanales como
miche, vinos de mora y otros aguardientes", expresa Molina.
La misma ley establecía que un porcentaje de la mezcla
debía llevar aguardiente de caña. Un tema complicado porque Lara es
productor pero en la asilada parroquia Pecaya, las circunstancias eran
muy distintas.
Durante años, la Guardia Nacional perseguía los
alambiques para destruirlos y apresaba a los fabricantes y sus familias.
En una de los capítulos más oscuros y vergonzosos de esta historia.
Muchos productores desaparecieron, no había control sobre la calidad, ni
la procedencia, entonces era solo un acto de fe toparse con uno muy
bueno o muy malo. Pero en todos los casos ganó una mala fama, que apenas
en tiempos recientes ha logrado combatir.
En 1999, por separado en Lara y Falcón, comenzaron los
proyectos para su legalización, se comenzó por declarar patrimonio tanto
a la planta como a la bebida.
DOC Cocuy de Pecaya
En el caso de Falcón, en el 2001 se logró que el Servicio Autónomo de Propiedad Intelectual Sapi , adscrito al ministerio de la Producción y el Comercio, diera la denominación de origen controlada en la resolución N 00287. Un proceso que llevó más de diez años, donde están involucradas casi una centena de profesionales, entre los que se cuentan ingenieros,Servicio Autónomo de Propiedad Intelectual Sapi , adscrito al ministerio de la Producción y el Comercio, diera la denominación de origen controlada en la resolución N 00287. Un proceso que llevó más de diez años, donde están involucradas casi una centena de profesionales, entre los que se cuentan ingenieros, biólogos, antropólogos, historiadores, abogados y productores.
La DOC Cocuy de Pecaya es un hecho significativo porque se trataba de la segunda otorgada por el estado venezolano, que sustentó parte de sus argumentos en el carácter originario y cultural de la bebida, producto de una investigación histórica que incluye desde relatos orales del Indio Pedro Sumare, crónicas de Indias hasta una pintura de Santa Lucía (patrona de Pecaya) que al fondo muestra unos indios procesando cocuy. Esta obra se encuentra en el Museo Diocesano de Coro.
En el caso de Falcón, en el 2001 se logró que el Servicio Autónomo de Propiedad Intelectual Sapi , adscrito al ministerio de la Producción y el Comercio, diera la denominación de origen controlada en la resolución N 00287. Un proceso que llevó más de diez años, donde están involucradas casi una centena de profesionales, entre los que se cuentan ingenieros,Servicio Autónomo de Propiedad Intelectual Sapi , adscrito al ministerio de la Producción y el Comercio, diera la denominación de origen controlada en la resolución N 00287. Un proceso que llevó más de diez años, donde están involucradas casi una centena de profesionales, entre los que se cuentan ingenieros, biólogos, antropólogos, historiadores, abogados y productores.
La DOC Cocuy de Pecaya es un hecho significativo porque se trataba de la segunda otorgada por el estado venezolano, que sustentó parte de sus argumentos en el carácter originario y cultural de la bebida, producto de una investigación histórica que incluye desde relatos orales del Indio Pedro Sumare, crónicas de Indias hasta una pintura de Santa Lucía (patrona de Pecaya) que al fondo muestra unos indios procesando cocuy. Esta obra se encuentra en el Museo Diocesano de Coro.
En 2007 finalmente, se promulgó la Reforma de la Ley de
Impuesto sobre Alcohol y Especie Alcohólicas, un hecho que recogió en su
momento más de diez mil firmas. Que ha beneficia también otras bebidas
artesanales como Miche, vinos de mora y otros aguardientes.
La ley establece entre tanta cosas el tema tributario,
las cuotas de producción que no deben exceder los 20 mil litros anuales
por productor. Hasta el momento, ha sido un tema controversial porque la
mayoría de los productores alega que no los ampara, muy por el
contrario les pone nuevas trabas.
De vuelta al ruedo
Actualmente, con la legalización el cocuy ha recuperado su lugar en las barras y gustos de los consumidores. Aún es percibido por muchos como bebida de "borrachitos". Pero como pasa con todos los licores, los hay muy buenos y muy malas. El cocuy no escapa a este destino.
Actualmente, con la legalización el cocuy ha recuperado su lugar en las barras y gustos de los consumidores. Aún es percibido por muchos como bebida de "borrachitos". Pero como pasa con todos los licores, los hay muy buenos y muy malas. El cocuy no escapa a este destino.
Sin embargo, han contribuido las lindas presentaciones en
botellas de gres, su inclusión en la coctelería en reconocidos bares y
restaurantes, así como un discurso gastronómico nacional que invita a
volver el interés y los gustos hacia nuestros productos. Es decir,
parece que todos los factores se han alineado en una constelación
favorable.
Por otra parte, cocineros, mixólogos y sommeliers lo
incluyen en sus propuestas, lo estudian, catan, establecen armonía con
todo tipo de platillos, llevándolo incluso al plano gourmet. El cocuy
goza del inicio de un segundo aire, es muy pronto para establecer
conclusiones y estimaciones.
Este texto es un copia y pega del libro El Cocuy en Venezuela, que yo, Vanessa Rolfini, escribí para la Fundación Bigott. Creo que deberían colocar la referencia del autor y la fuente del texto, tremendamente irrespetuoso (por no decir otra cosa) por parte de ustedes.
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